1. Cubra un molde de hornear con papel de pergamino para cocinar.
2. Corte el chocolate oscuro y el chocolate blanco en pedazos y manténgalos en montañitas separadas.
3. Derrita el chocolate oscuro en un baño de María. Si no tiene un baño de María, puede poner el chocolate en un tazón hondo resistente al calor sobre una sartén con agua hirviendo suavemente. Tenga cuidado y asegúrese de que el tazón no toque el agua.
4. Una vez se hayan derretido dos tercios del chocolate oscuro, remueva la sartén o el tazón del calor. Remueva el chocolate hasta que se haya derretido por completo.
5. Repita el mismo proceso para derretir el chocolate blanco, y use una sartén o tazón limpio.
6. Use una espátula para esparcir el chocolate oscuro sobre el papel de pergamino.
7. Deje caer cucharadas de chocolate blanco sobre el chocolate oscuro y use la punta de un cuchillo y movimientos circulares para mezclarlos.
8. Reparta las almendras por toda la mezcla de chocolate.
9. Ponga la bandeja de hornear en el congelador. Espere que el chocolate se endurezca, aproximadamente una hora. Cuando esté listo, rompa el chocolate en pedazos y ¡disfrute!